Son las 6:00 AM de lo que promete ser un caluroso y asoleado Viernes 20 de Junio, y ya estoy tratando de pre-calentar y cerrar equipaje. Hoy es el gran día de

ingresar al Pantanal. Salgo de Corumbá viendo una topografía que me recuerda las mesetas de la Chapada Diamantina (Bahia) en mi viaje del 2002. La Morena está con dolor de guata: el 25% de alcohol mezcladoa a gasolina en el Brasil no le ha hecho nada bien. Mala baja, y pésima media.....es lo que hay, habrá que mantenerla en alta rotación.


Paro en Porto Morrinhos para abastecer, la Morena llama la atención como en todos lados donde llegamos. Las personas vienen, indagan, felicitan, admiran sus líneas y su voracidad; quieren fotos y compartir un poco del espíritu de aventura que seguramente exhalamos. Seguimos rumbo al este, cruzamos el río Paraguay, principal responsable por la existencia de este enorme alagado que visitaremos.


Poco antes de las 9:00 AM estamos en la entrada a la ruta de tierra que se interna en el Pantanal hacia el Passo do Lontra. El terreno es arcilloso con muchos trechos arenosos pero, en general, bastante controlable. El terreno está suficientemente húmedo para impedir la polvareda. Comienzan los puentes de madera sobre los que había leído…. No son muy protegidos y algunos están en mantención; lo más peligroso son aquellos a los que les acaban de pasar aceite quemado (o algo parecido) para protegerlos del agua; la técnica se compone de 3 partes:
1.- tratar de mantenerse totalmente alineado con el puente, 2.- ni pensar en frenar o acelerar (pero sin olvidarse de respirar), 3.- confiar ciegamente en que el ángel de la guardia esté despierto y de buen humor


Ya en el tercer puente a mi izquierda veo dos jacarés (caimanes) de buen tamaño, tomando sol. Paro para tomar fotos pero saltan rápidamente al agua. En el próximo puente me aproximo con el motor desconectado y no solamente hay un jacaré sino que también tengo la tremenda suerte de ver una ariraña (especie de mamífero felino acuático) con unos colmillos de miedo.




Al tratar de fotografiarlos….PESIMA NOTICIA: aparentemente por consecuencia del accidente en Bolivia, mi muy buena y querida cámara ha perdido algún contacto interno en el golpe y, entra en huelga total. Saca fotos en una única programación (no automática y deficiente), y no responde al manejo de su zoom óptico. Lamentablemente, las fotos ahora serán un recurso malo y escaso en este blog. Me baja la depre: por culpa de ese burro de mie….. estoy en pleno paraíso de fauna y flora, sin mis capacidades plenas de pilotaje y sin un medio adecuado de registro…….. paro, me siento a la orilla del puente y miro a mi alrededor…… sólo un idiota puede sentirse deprimido en un lugar como éste, habiendo superado todo lo que ya superamos, y con una memoria fotográfica que, aunque no sea transmisible en imágenes, espero me dure mucho tiempo….. y estoy contento, muy contento!
La sucesión de puentes es increíble y la diversidad apabullante. El Pantanal es la más grande planicie de inundación continua del mundo, cubre cerca de 250 mil km², y en su pequeña parte Paraguaya recibe el nombre de Chaco, que también visité en el 2002 con mi antigua Morena (Africa Twin). Dicen los libros que hay 1.132 especies de mariposas, 656 de aves, 122 de mamíferos, 263 de peces y 93 de reptiles. Entre Octubre y Febrero (lluvias) es prácticamente intransitable por tierra. Después de 23 kilómetros y 21 puentes (sí, a la vuelta los conté) llego a

una Hacienda Posada, donde entrabo buenas migas con el administrador y resuelvo hacer mi punto de apoyo. Rápidamente bajo el equipaje, almuerzo (medio-día y ya están en los postres) cruzo un par de palabras rápidamente con los varios grupos de extranjeros (todos jóvenes) de Holanda, Canadá, USA, Europa, etc. Exceptuando los guías y personal del local, soy el único latinoamericano en el comedor. A cepillarse los dientes, limpiar la visera, y corriendo a la moto para aprovechar el sol, ya que, según mis fuentes, mañana hay


buenas probabilidades de lluvia.

Recorro otros 39 puentes y 33 kilómetros Pantanal adentro, maravillándome y parando a cada rato. Esto es un mundo en sí propio; que eco-sistema deslumbrante. Como no anda nadie por

estos lados y se supone que el


camino está inhabilitado, me pongo un límite horario hasta las 15:30 para iniciar el regreso. Un poco después de vencido el límite, logro llegar al último tramo transitable (al menos sin meter la moto al agua; lo que yo haría encantado pero, estoy solo y el suelo es arcilloso). Me siento realizado. He tenido caimanes del


largo de mi moto parados a menos de 3 metros de

distancia, he visto familias de 10 capivaras (el roedor vegetariano más grande del mundo, pesa hasta 80 Kg) juntas a mi lado; incontables pájaros, garzas, cardenales, tuyuyús, loros, araras, maritacas, patos, gavilanes, y buitres nos han sobrevolado o han salido en disparada al sentir el ronco respirar de la Morena.
Con todos sus achaques, este viejo ha logrado hartar su vista, sus oídos y su espíritu de elementos singulares, escasos y preciosos. VIVA EL PANTANAL ¡!!
Vuelvo directo, ahora sin paradas porque empiezan a caer dos o tres goterones y no quiero enfrentar arcilla mojada. Pocos kilómetros más

adelante, mejora el tiempo, y al llegar a la hacienda ya hay un sol dorado de atardecer. Baño, cena y compartir con turistas y aventureros con 20 o 30 años menos, pero con una afinidad que supera las edades. A las 20:30 todo el mundo ya se ha recogido. El desayuno es de 6:30 a 8:00 am. Muchos ya están inscritos en cabalgatas o navegación y pesca. Yo seguiré rumbo al este. La verdad es que el abuso de estos últimos días, me ha pasado la cuenta.
Despierto el sábado 21 a las 5:45.... no logro continuar en la cama que es un camarote estrecho y bajo, que me ha terminado de complicar las costillas. Me levanto y trato de ir recuperando los movimientos con un buen baño caliente y ordenando lentamente el

equipaje. Salgo y tomo fotos



dealgunos de los animales que están en la propia hacienda. Mientras tomo desayuno con dos chicas canadienses muy jovencitas, tomo internamente la decisión de poner fin al capítulo tierra. Me iré inmediatamente a Campo Grande, para revisar la moto (problemas de combustión y reponer un perno de la estructura del portaequipaje) y re-instalar los neumáticos con que partí de Santiago. Ahí caigo en cuenta que los sábados los talleres cierran temprano!!! Parto apuradito después de despedirme y paso por el Passo da Lontra para cargar combustible; el dueño es un macanudo que se dispone inmediatamente a llamara a Suzuki en Campo Grande, donde el personal se dispone a abdicar de su almuerzo y descanso de sábado, para ayudar a este chileno "maluco" que viene en viaje. Me comprometo a llegar en 3 horas (son 300 km con aún 12 de tierra), y lo logro. Los tipos de Automoto

son de una simpatía y

calidad excelente. Trabajamos hasta las 18:00 horas y salgo con una moto que funciona maravillosamente bien, y aún me la han lavado. Voy hasta el hospital Santa Casa para una revisión técnica humana pero la fila me desanima, lo haré mañana temprano. Llegando al centro veo un grupo de motos (tipo triciclos gigantes) estacionados sobre un bandejón central. Es el Motoclub local en una campaña de abrigo para los pobres. Paro y conversamos; me dan todos los datos necesarios. Hotel OK, y..... actualizar las notocias para Ustedes que me acompañan. El GPS marca 4.510 Kilómetros.
Um comentário:
Olá amigo e Mestre Fernando, fiquei preocupado com você, pelo terremoto.
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Saludos
Neider
nsilva@uai.com.br
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